Después de 20 años, el Cedip siente genuinamente que la figura entrañable de los Drs. Behnke y Romero se reencarnan hoy en nuestras autoridades. Nuestra Directora, la Dra Midori Sawada y un amigo, el Profesor Dr. Ignacio Sánchez, Rector de nuestra Universidad, gestaron nuestros espacios modernos y simples y adquieren sentido no sólo por las necesidades que nos impone nuestra misión, sino especialmente, porque en horario estelar -sin horarios protegidos- los desafíos e innovaciones perinatales y académicos con los que queremos seguir sirviendo a Chile y a nuestros estudiantes vuelven a empaparse de fe y optimismo.
La experiencia y el cariño. Gracias a los que estuvieron cuando no éramos nada, cuando prometimos volver y pocos nos creyeron y a quienes hoy sostienen intactos el espíritu, el prestigio y la fe. Las paredes de la maternidad que llegó a tener 40 partos diarios – escritas por los padres que esperaban en soledad a sus hijos de sus madres solas – incubaron un sueño solitario que pronto fue una tarea de varios y terminó siendo el hermoso sentimiento colectivo de miles: recuperar la dignidad de nuestras mujeres, con respeto y afecto y ofrecer una humilde contribución científica para conocer mejor la intimidad biológica de sus enfermedades obstétricas más importantes y los factores sociales que las conservan como factores de desventaja e injusticia.
La gratitud, el ángel de la coherencia y un tuerto hambriento. A partir de estudios propios y en colaboración, se generaron más de 130 publicaciones internacionales y -desde el 2000 – un pequeño sitio web gratuito dedicado a colegas, nuestros estudiantes y sus pacientes, liderando desde entonces el ámbito obstétrico lectivo «virtual» (Cedip Central) y «streaming» (Cedip TV) de los países de nuestra región.
Gratitud. A ti. A todos quienes nos han acompañado todo este tiempo, sin excepciones, muchas gracias. Permítanme agradecerles a mis padre, profesor normalista, sin cuyo antecedente y compromiso social probablemente mi Maestro y Amigo, el Dr. Rodolfo Wild, hubiera desestimado mi postulación a la beca UC, a pesar de mis notas tan «sobresalientes» como despreciables. A mi querida madre que abrazó en una micro retrasada la muerte de mi hermano de un mes de vida por vivir tan lejos, en la cordillera del Bío-Bío. Los Ángeles se quedó con un un ángel menos y mi madre con su niño que fue «derivado» 2 veces con una bronconeumonia cuya respuesta inflamatoria sistémica todavía vive en sus ojos y en la inevitable percepción que no sólo marcó de alguna manera mi destino sino que también tomó mi mano cada vez que fue necesario, para no dejarme caer y decirme que no somos culpables, sino lecciones frágiles de nuestra propia experiencia.
Hoy estás de cumpleaños y los 100 cedípatas que se han alejado sin irse, están aquí. Ya no quedan muchos locos en este oficio. Por si acaso, se concursa jefatura del Cedip. No hay sueldo, ni seguros ni viáticos, pero puede que cada cierto número de años, Charly traiga un millón de manos que te aplauden y te vuelvas a creer el cuento. De nuevo.
RG